domingo, 7 de febrero de 2016

Y yo me pregunto: ¿hasta donde llegaremos?

Una situación que me avergüenza como ciudadano de mi país, República Dominicana. He aquí algunas cuestionantes y situaciones:

¿Qué hacemos los que no estamos dispuestos a corrompernos y seguir con el jueguito de apoyar al menos malo o al que nos da? ¿Qué hacemos nosotros los que también somos dominicanos pero que nos duele nuestro país y nos duele el dolor ajeno del hermano que sufre? ¿Qué hacemos nosotros los que nos reusamos a sobornar y ser sobornados? ¿Qué hace el policía que con un salario de miseria y tres personas llorando bajo un techo porque no tienen de comer, y se reúsa a cobrar “peaje” en puntos de tráfico de sustancias prohibidas? Por favor, necesito que una mente brillante y maravillosa me responda estas, algo tontas, pero desgarrantes preguntas.

¿Qué hace la jóven educada que desea pasar sus materias sin tener que acostarse con un profesor acosador, abusador y putrefacto de una asignatura en la universidad? ¿O el jóven cristiano que desea aprobar Análisis matemático, sin tener que irse con el honorable profesor para el Drink2Go de la Av. Máximo Gómez? Ahh... ¿ahora nadie sabe? ¿O el jóven que desea obtener su licencia de conducir sin tener que “caminar” con la persona que que lo examina? Y lo grande es que todos lo sabemos y todos nos quedamos callados. A veces no sé cual cosa me da más enojo, si los benditos corruptos o nosotros los tontos que vaciamos nuestros bolcillos en los de ellos.

Quisiera callarme, pero no puedo... Lo intento, pero no puedo. Y sigo preguntado, ¿qué hacemos los que queremos trabajar, pero nos reusamos a ofrecerle los primeros 3 salarios a el encargado de recursos humanos o al político al que solicitamos dicho puesto? ¿Por qué mejor no un examen, y que gane el mejor? ¿O es que no sabemos que ese modo rastrero e inhumano de emplear es lo que tiene todo este país así de mal? Pues los puestos se obtienen dependiendo de qué tan lambón de los de arriba seas, y ser un lambón es sinónimo de ignorante, inmundo, inepto, falaz y cuantos sinónimos de “desgraciado” aparezcan. Pero, y aquellos que nos negamos apoyar toda esta bajeza, ¿Qué podemos hacer? ¿Quién me dice? ¿Quién se anima?

Publico esto por la red, pero lo triste es que el 98% no lo leerán, si fuera un chisme si, o la foto de una rubia con gran bulto un tanto sexy, ahí si salen todos. Lamentablemente las palabras de la verdad, y de lo que verdaderamente tenemos que meditar a nadie le importa. Suerte a esa microscópica minoría que aún conserva pensamientos progresistas y un poco de amor en sus corazones. Si no vale la pena hacerlo por los demás, entonces por lo menos hazlo por ti, o por tus hijos. Pero ese no es el caso, sigo preguntando… ¿Qué será del pobre que vive con un salario mínimo, mirando las nominas publicas con salarios exageradamente abultados para gente que ni trabaja, ni lo necesita? Es raro el político que no tiene a toda su familia cobrando 30 mil, 40 mil o 50 mil pesos, sin mover un dedo y sin saber ni siquiera lo mínimo de lo que es trabajo.

Que alguien nos rescate de un país sin agua, sin luz, sin medicina, sin trabajo y sin oportunidades. Con capacidad para producir alimentos para 40 millones de personas, pero con un 23% de la población que se va a la cama sin cenar cada día. Sigo preguntado, ¿Quién podrá rescatarnos de un país que ha perdido las esperanzas, las ganas, y lo peor de todo, que ha perdido la fé?

Qué triste me siento, que mal me siento, de saber que por más que camine, por más que hable, por mas lágrimas que derrame, las personas no entenderán. Pero no los culpo, ya lo dijo la palabra “Por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará” (Mateo 24-12).

Mientras tanto pediremos que Dios tenga misericordia de nosotros los seres humanos y que perdone tanto al malo que nos destruye, como a el “bueno” que no hace nada y se queda callado como un perfecto ignorante, en vez de ayudar al mundo a que los demás seres humanos seamos mejores humanos.

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